Hoy quería contaros una anécdota curiosa en materia de seguridad del hogar. Para poneros en situación deciros que vivo en una urbanización de reciente construcción que aproximadamente haremos un total de 100 viviendas entre unos y otros. Nuestra urbanización está en la parte periférica del pueblo donde vivimos, y estamos más cerca del campo que del propio pueblo.
En los 8 años que llevo viviendo en esta urbanización de casas hemos sufrido bastantes robos en general. muchos vecinos han sido víctima de robos de todo tipo, desde objetos en la parte exterior de la vivienda, como robos sofisticados en los que han dormido hasta al perro.
Ante tal situación decidí que algo tenía que hacer, y sabía que ponerme una alarma era la mejor opción, pero la verdad es que no veía nada claro tener que soportar otro gasto adicional más a mi maltrecha economía, por ello pensé que una buena opción podía ser comprar un cartel de alarma de esos que venden que parecen de verdad (en realidad son de verdad), y comentarlo con los vecinos a ver quien se animaba a hacer una compra conjunta. En total compramos unos 30 vecinos las placas de alarma y las tenemos puestas desde hace unos 6 años. Pues bien, los robos en la urbanización han seguido estando presentes, pero lo curioso del tema es que no nos han robado a ni uno de los 30 que compramos los carteles por lo que el efecto disuasorio de tener un cartel de alarma está más que probado y comprobado. El resto de vecinos que no se puso el cartel no termino de entender por qué no se animan ya que los 10€ que cuesta un cartel no van a ningun sitio.
Yo por lo menos duermo y me voy de mi casa algo más tranquilo y lo próximo que pondré serán cámaras de pega para dar mayor sensación de seguridad.