
Cada año hay miles de jóvenes de otros países que se trasladan a España con la intención de cursar una carrera o al menos de realizar parte de ella.
Estos jóvenes se encuentran con numerosas dificultades a la hora de integrarse ya que cualquier cambio de país lleva un proceso de adaptación.
En algunos casos resulta más sencillo que en otros pero lo que es indudable es que hay un periodo en el que deben de hacer frente a un gran número de situaciones nuevas y esto condiciona notablemente su experiencia.
Veamos, en líneas generales, con qué dificultades se encuentran los estudiantes extranjeros al llegar a España:
Distintos horarios
Lo de que en España la actividad se detenga o ralentice después de comer es algo que trastoca todo el horario en relación con cómo está estructurada la jornada en otros países. Aquí no se lleva lo de trabajar de 9 a 5, sino que alargamos el día y nos vamos a la cama mucho más tarde. Para los estudiantes no es sencillo adaptarse a ese nuevo modo de distribuir las actividades.
El problema del idioma
Aunque es bastante común que al llegar tengan unas mínimas nociones de español, poder valerse del idioma para hacer gestiones es algo que se les suele quedar grande. Y no digamos si tienen que desenvolverse en una comunidad bilingüe como Cataluña o Euskadi. Por fortuna en un par de meses la mejora suele ser suficiente como para que el problema ya no parezca tan grande.
Encontrar alojamiento
Vivir con una familia es una de las soluciones más socorridas para no tener que preocuparse por el alojamiento, y la residencia de estudiantes también es una gran opción. Pero en caso de que tengan que buscar alojamiento en un piso compartido se encontrarán con que en algunas grandes ciudades como Madrid o Barcelona no es tan sencillo. Alquileres por las nubes y una demanda muy superior a la oferta hacen que encontrar alojamiento en un plazo corto no sea fácil, lo que les suele generar una notable tensión e incertidumbre.
El choque cultural
Dependiendo del lugar de procedencia el choque cultural puede ser más o menos acusado, pero es indudable que siempre existe. Cada país tiene una serie de costumbres propias que a un extranjero les resultan extrañas, incomprensibles o incómodas, por mucho que los autóctonos las vivan con total normalidad. Esto sucede en España igualmente, y no todo el mundo es capaz de adaptarse a cosas en teoría tan nimias como el elevado tono de voz con el que hablamos aquí.
Viajar a un país nuevo supone siempre un desafío, pero lo es aún más cuando se trata de una estancia a largo plazo y tiene lugar en la post adolescencia. Ningún estudiante que se traslade a otro país lo tiene fácil, aunque ello no significa que la experiencia no merezca la pena.