El amianto es un material sumamente cancerígeno y que era habitual encontrarlo en construcciones de todo tipo. Con el tiempo, han ido creándose normas que poco a poco han ido prohibiendo su utilización, así como recomiendan la retirada del mismo.
El amianto, también conocido como asbesto es un material de construcción que mayormente es más conocido por el nombre de uralita, debido a que fue comercializado por la empresa Uralita en la década de los 60. El bajo costo y sus propiedades aislantes mecánicas, resistencia al calor y llamas provocaron que se hiciera muy popular y estuviera presente en una gran variedad de productos.
Este fibrocemento con amianto puede encontrarse en lugares como los recubrimientos de tejados (tejas), baldosas, azulejos, tuberías, techos, depósitos de agua, incluso, en ciertos componentes de los vehículos como en el freno, el embrague o la transmisión. Asimismo, se puede hallar en objetos de construcción ferroviaria, naval, en la industria siderúrgica o en las eléctricas, incluidas las centrales térmicas y nucleares.
Riesgo para la salud
Al contrario de lo que se suele pensar el contacto con el amianto en sí, no supone apenas riesgo para la salud. Sin embargo, esto cambia cuando se manipula este material o su contacto es prolongado. Hablamos por ejemplo de derribos, corte del material, uso de taladros, roturas o material que está envejecido. En estas situaciones, las fibras pasan al aire e incluso pueden adherirse a la ropa, lo que hace que esas partículas sean más fácilmente respirables.
Tal y como ha explicado la Organización Mundial de la Salud, la manipulación del amianto puede provocar enfermedades en el aparato respiratorio, como el cáncer de pulmón, mesotelioma maligno (cáncer que afecta a la pleura y el peritoneo), asbestosis (desarrollo de fibrosis pulmonar), cáncer de laringe, cáncer de ovario, entre otras enfermedades.
Normativas que promueven la retirada del amianto
A finales del 2001 en España se prohibía la comercialización y la utilización del amianto blanco. Con anterioridad ya se había prohibido el amianto azul (1984) y el amianto marrón (1993), ambos muy perjudiciales para la salud. Asimismo, se impulsó la retirada de este tipo de material. En 2002 pasó a prohibirse la fabricación de amianto. Asimismo, desde Europa se han emitido diferentes directivas para la eliminación de asbesto antes de 2028.
Muchas familias y obreros deciden ellos mismos quitar el amianto por su cuenta. Sin embargo, para esta actividad, se recomienda que sea una empresa la que lo haga. Además, esta compañía ha de cumplir todos los requisitos exigidos por la Ley Europea y española.
Un claro ejemplo es la empresa Ecovertical retirada de amianto, que no solo son especialistas, sino que cumplen con todas las garantías de seguridad y cuentan con todos los certificados y está inscrita en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto (R.E.A.R). Del mismo modo, acatan lo contemplado el Real Decreto 396/2006 de la manipulación de amianto.
Todas las empresas dedicadas a eliminar el amianto deben cumplir con estos requisitos, ya que son las únicas que cuentan con autorización para trabajar con materiales con amianto y, por tanto las únicas que pueden realizar este tipo de trabajos.
Cómo retirar el amianto
Si en un edificio se detecta este tipo de material, lo primero que hay que hacer es acudir a profesionales. Estos se encargan de elaborar un plan de trabajo que impida que se produzca una dispersión de las fibras de amianto por el aire. De ahí, la importancia de utilizar sistemas de extracción y almacenar el material en embalajes cerrados, con la correspondiente etiqueta reglamentaria.
No hay que olvidar que se está tratando con un material altamente tóxico. De ahí que la formación de los trabajadores sea esencial, para garantizar unas prácticas seguras. Igualmente, es primordial contar con una equipación apropiada con equipos respiratorios.