La drástica transformación del amor en odio, es una de las consecuencias que los abogados herencias Burgos suelen observar de una sucesión que se ha convertido en el detonante de toda clase de problemas familiares.
Y es que admitámoslo, el dinero puede ser muy bueno pero al mismo tiempo, especialmente cuando se le necesita con urgencia, tiende a sacar lo peor de nosotros y ponernos en contra hasta de nuestra familia. Es algo triste, pero cierto.
Por tal motivo, es que las herencias resultan tan complejas. Más allá de los trámites de los que se encargan a los abogados, están todas aquellas posiciones que asumen cada uno de los herederos, las cuales a veces coinciden en perfecta armonía y otras, lamentablemente, reflejan una profunda aversión entre estos.
Este posible futuro, es el quebradero de cabeza de muchos padres que no desean este destino para sus hijos y, por eso, sabiamente, acuden de forma oportuna ante los abogados en búsqueda de soluciones.
Por supuesto, la primera y más fundamental de las medidas, consiste en una crianza basada en la unión familiar como valor supremo, pero esta es una tarea en la que a veces se puede fracasar pese a los muchos intentos y buenas intenciones.
En segundo lugar, la anticipación es la clave. Si la repartición se hace estando los padres vivos, habrá mayor orden y obediencia por parte de los hijos; así mismo, si se prevé la redacción de un testamento se ahorrarán muchos desacuerdos, porque la voluntad de estos no podrá ser superior a la del testador.
Aunque sea doloroso y siempre que resulte procedente, en favor de la paz de todos es recomendable desheredar al hijo que se merece esta medida. Es importante saber aprovechar la experiencia de los abogados especialistas en herencias, porque están familiarizados con este tipo de casos y saben cuáles son las medidas más idóneas para lograr una repartición sin posibilidad de impugnaciones.